domingo, 20 de abril de 2008

TE QUIERO, PORQUE ME HACES FALTA


Sí, Jesús;
Hace mucho tiempo que me abandoné
y hasta me perdí
por caminos aparentemente llanos,
y, al recorrerlos, me di cuenta
que eran inciertos, inseguros y con final oscuro.
Miré, y comprobé que caminabas a mi lado.
¡Gracias, Señor!
Un buen día, comencé a creermelo que,
a mí mismo, me decía,
olvidé tus Palabras, dejé de escucharlas.
Me interesaban aquellas otras rojas y blancas
verdes y amarillas que se sostenían en
el altavoz del escaparate del engaño.
Afiné mi oído, Señor, y quedé desnudo
ante la VERDAD de tu persona.
Eres amor que no engaña
Eres amigo que no falla.
Miré, y comprobé, que mi vida era una gran mentira
No sé cómo ni cuando,
pero una tarde pensé en la vida y en la muerte,
reflexioné sobre la muerte y la vida,
y, al mirarme a mí mismo,
comencé a sentir llagas de preocupación
heridas de sufrimiento
cicatrices de dolores y de debilidad.
Levanté mis ojos a tu cruz, Señor,
y me quedé asombrado de la VIDA de tu VIDA
de la fuerza de tu VIDA
del amor de tu VIDA.
Por eso, Señor, no puedo menos en este día
que decirte y pregonar a los cuatro vientos:
TÚ, SI QUE ERES CAMINO, VERDAD Y VIDA.
Y, ¿sabes, Señor? En mi camino, mi verdad y mi vida,
siempre me haces falta.
Amén


1 comentario:

Anónimo dijo...

Ha sabido plasmar todos mis pensamientos y lo que estoy viviendo enla actualidad. Jesús es el vértice de nuestras vidas!!!